sábado, 26 de junio de 2010

Tara Pakay, el Ícono “escondido” de Tarapacá


El pasado 15 de junio fue presentado en sociedad el primer vino ícono de Viña Tarapacá. Su nombre: Tara·Pakay, que en lengua Quechua significa “árbol escondido”. Éste es una mezcla de cepas tintas que viene gestándose hace 5 años en las manos del enólogo Ed Flaherty y, en esta primera versión, reúne un 67% de Cabernet Sauvignon y 33% de Syrah. Uvas seleccionadas por manos femeninas, de viñedos ubicados en Isla de Maipo provenientes de distintos suelos e influencias, dan vida a un vino de intensos aromas, de buen balance, con toques a frutos rojos y negros y notas a jamón serrano; flores y especias como la nuez moscada, canela y pimienta. Una compleja y elegante entrega para un vino que tiene un cuerpo notable, bien estructurado, muy voluminoso y profundo final.

martes, 1 de junio de 2010

Helados Il Maestrale en Coquinaria

Endulcemos y movamos los sentidos con exclusivos helados artesanales y uno simplemente maravilloso: limón-albahaca de Il Maestrale. Suave, refrescante, pero para nada escalofriante ni en acidez ni en temperatura. Un equilibrio perfecto entre el agua y la crema, entre el limón y la albahaca, que deja ver claramente trozos que, además, matizan el pálido tono que da este cítrico.
Definitivamente no sólo para un recreo, es también un postre ideal sobre masas dulces crujientes, con bizcochos, para cambiar el sabor entre comidas y para la ansiedad.
Además, en la carta de Il Maestrale, hay helados de harina tostada, limón - jengibre, membrillo, pomelo al Sauvignon, cedrón y pistacho, entre otros clásicos y rupturistas.
En Patio Bellavista y dentro de Coquinaria (Isidora Goyenechea 3000, Las Condes), tienda que por sí sola es una locura para los gourmet.

Casa Marín Sauvignon Blanc Cipreses 2009

Intensos aromas y en la búsqueda por identificarlos, las notas minerales marcan el poderío, con una combinación de olores a cedrón, lima y clementina, algo de frutas blancas, tal vez parecidas al níspero y, si el ejercicio de reconocer sus esencias continúa, se descubren notas a oliva frutosa. La intensidad que expresa en nariz con uno o dos años de evolución podría ser aún más atractiva y claramente es de los pocos que podrían esperar más de dos años para dejarse disfrutar. Basta con probar hoy los de cosechas anteriores.
En boca su frescura y complejidad acompañan muy bien el cuerpo de un Sauvignon Blanc voluptuoso, fresco y atractivo, con prolongado final mineral y herbal que contiene también, suaves toques a frutas blancas y cáscara de limón. Es de esos pocos que permiten un amplio maridaje, compañero ideal y multifacético. Fabuloso para aperitivos, pescados, ensaladas, quesos cremosos, el gruyere y otros secos. Fantástico para tomarlo solo, disfrutando de una buena conversación, con un libro o simplemente escuchando música. Otro aspecto a destacar, es que después de un día e incluso dos de abierto, sus características se mantienen.