Cuando en realidad debiera ser “gracias por elegirnos”, lo que abunda es un mercado colmado de arrogantes que en pleno siglo XXI están convencidos de que lo que comercializan es un favor para quien lo adquiere. Eso es no entender cómo y para dónde va el mundo. Mucho peor, no haberse dado la molestia de entender el cambio sociológico que ha producido la globalización y la tecnología.
Es imprescindible vender experiencias insuperables. El carácter del producto o servicio que se vende debe no solo ser de buena calidad y único, sino que sorprender al que lo compra y generarle adicción. La propuesta de valor debe estar marcada por la gran diferencia con la competencia e incluso con los sustitutos de lo contrario, no habrá sobrevivencia.
La forma de generar vínculos con los grupos objetivos exige eso y para ello el equipo debe contemplar poseer incluso, habilidades blandas.
Además, la comunicación con los clientes debe ser directa y oportuna. En el lenguaje y plataformas en las que se comunica el mundo en una era hiper-conectada y hay que cuidar el cómo, cuándo y dónde hacerlo, junto con una adecuada interacción porque, en definitiva, esta relación con ellos no es un hacerse favores.
carolina.bianchi.consultora@gmail.com
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