martes, 29 de marzo de 2011

La frescura total de Tabalí


Talinay de Viña Tabalí
Pinot Noir Salala y Chardonnay Camanchaca

El Pinot me hizo levitar. ¿Exagerada? Sí, y quedo corta para contarles de uno de los nuevos vinos de la viña Tabalí. Y aunque los Pinot de la Borgoña son el referente y reconociendo que sólo he probado un par de esos nada más, al menos para mí que he catado los chilenos y tal vez todos…éste me mató. No quiere decir que no me haya gustado el Chardonnay, la otra cepa de la línea Talinay presentada el mismo día en un evento en el Pasta e Vino de Santiago. Me gustó pero el Pinot Noir…es otra cosa.
El Chardonnay Camanchaca Talinay es fresco, delicado, mineral, con frutas cítricas y blancas. En boca la mineralidad combina deliciosamente con la fruta. Tiene rico final y lo más destacable es que se aleja por completo de agotadores Chardonnay nacionales.
El que me sacó suspiro y me hizo tomar más de la cuenta esa noche, fue el que le dicen “el tinto de los blancos”, tal vez para que la gente entienda por qué se sirve helado y por qué no es tan estructurado como los otros tintos.
Desde mi copa, aromas deliciosos. Me pareció elegante. Con sutiles notas a frutillas e higos frescos, nada sobre maduro ni nada de conservas. Influenciado por su cercanía a la costa del norte de Chile, los aromas minerales envuelven con carácter a esas frutas, lo hace refrescante, delicado. En el fondo un toque grafito y terroso. En boca es jugoso, expresivo, con buena acidez y mucha mineralidad. De final amplio y apacible. Fabuloso y se acaba rápido.
Esta aventura tuvo su cuota de adrenalina, el enólogo gerente Felipe Müller confesó cómo articularon esto con Héctor Rojas, el gerente agrícola de Tabalí. Según Felipe, un productor llegó hasta la viña a ofrecerles una producción de uva. Fueron a visitarla sólo porque las indicaciones geográficas les hizo pensar que ahí había algo diferente. Entre caminos complejos hacia la costa del Limarí, a los pies del cerro Talinay, llegaron a un terreno que algo acusaba y para corroborarlo y ver de qué tipos de suelo se trataba, pidieron que se hiciera una excavación. Al verificar que eran calcáreos casi entraron en éxtasis, pero debían esperar a que los dueños definieran si usarían la producción o no. Es más, saber si venderían el terreno, puesto que ante lo que podían lograr en esos suelos, tenían claro que debía pasar a ser de ellos antes de que otro notara “la mina de oro” descubierta. No sólo eso, debían convencer a Guillermo Luksic, propietario de Tabalí, que había que sumergirse en esta aventura.
Los suelos calcáreos poseen condiciones ideales para la vid, reúnen tres características elementales: son de buen drenaje, pobres y secos. Lo primero, permite que las raíces se extiendan varios metros bajo tierra y por su composición permite que almacene calor; evita que se pudran las raíces al no retener agua y reflejan la luz solar, ello sumado a la elección de la cepa, el trabajo en el campo y el enológico permite alcanzar vinos elegantes, complejos como los referentes de la Borgoña.
La uva que habían visto estaba completamente invadida por oídio, un hongo que se aloja en las partes verdes de la vid y, que además de provocar la caída de las hojas, envuelve las bayas con aspecto polvoriento mientras sus esporas las dañan disminuyendo la calidad y volumen. Felipe Müller, contaba que se veía terrible pero sabían que eso era un detalle de manejo y ya. Con el corazón en la mano debieron esperar la respuesta y el llamado llegó al día siguiente para confirmarles que sería de ellos. Y al parecer tampoco costó convencer “al jefe” aunque puso en garantía sus cabezas entregándoles una bandeja donde rodarían en caso de que resultara un fiasco.
Definitivamente no hay que cortar ninguna cabeza, lo que sí, faltó saber cuál sería la contra apuesta que ganaron Felipe y Héctor a Guillermo Luksic. Porque algo hubo pero no se reveló el día de la presentación, sólo risas se sintieron cuando Felipe le dijo a su jefe que faltó que él contara qué ocurriría si éste era el resultado de un nuevo y completamente distinto terroir para los vinos chilenos.
Por ahora hay que comprar un par de Chardonnay y otros más de Pinot Noir en la Vinoteca o en Wain y también en algunos restaurantes.
Talinay Salala Vineyard Pinot Noir $15.900
Talinay Camanchaca Vineyard Chardonay $12.500

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