¿Qué es lo que te lleva a volver a un restorán? ¿Por qué entra en tu categoría de “favorito” y te conviertes en un incondicional? Personalmente, no soy fiel a ninguno, pero sí existen los predilectos y para serlo, comienza desde que ciertas expectativas y momento me hacen elegirlo y el desenlace resulta perfecto. De cualquier modo, siempre espero que sea especial, un encuentro agradable con la o las personas que me acompañan, con la comida y su entorno. Sobre todo la relación precio - calidad es la que me moviliza a volver: su comida, su confort, la atención y -por supuesto- el justo valor por ello. Nada más terrible que la poca o nada armonía de esos factores. Detesto la iluminación inquisidora y asientos de espanto o un servicio mal informado y poco solícito. La higiene poco cuidada o comida poco sorprendente también me alejan –si depende de mí- para siempre.
En honor a lo anterior, existen en Chile algunos restoranes cuya demanda obliga a reservar con anticipación y aunque no hemos llegado a los niveles que provocan algunos de las ciudades más cosmopolitas del mundo, tenemos ciertos casos que llaman nuestro interés. Como Tiramisú, por ejemplo, que se va ampliando y aún así no pierde coherencia y sigue siendo premiado por un público en ascenso o Infraganti, con una relación precio calidad insuperable en su menú de almuerzo. O Coquinaria, en el que resulta imprescindible reservar con –a lo menos- un día de anticipación o a primera hora en la mañana, si se desea tener un cupo para medio día. En este último caso, quise cerciorarme de que no se trataba de una técnica administrada por sus dueños -como ya lo había comprobado en otras oportunidades- orientada a provocar gran expectativa y mayor demanda, o si efectivamente reunía las condiciones para ser catalogado como un “elegido”. En la práctica, comprobé que realmente reunía ese “todo” que nos provoca: su amable atención, su cocina, su oferta de productos y ubicación eran prueba de ello.
Aunque Tiramisú es un clásico a estas alturas y su cocina mantiene y asegura la calidad de siempre no defraudando expectativas. Coquinaria puede ser definido como más que un restorán. Su modelo de negocio resulta atractivo y hasta adictivo. Situado en el mismo edificio que el hotel W, en Isidora Goyenechea 3000, es un mercado gourmet y epicentro de experiencias gastronómicas que maravilla a los sibaritas. Tiene carta adaptada para la temporada otoño – invierno en la que encuentro un crimen que se haya eliminado el caldo de choritos.
Posee –además- una terraza a la que no me habría atrevido a apostar en esta temporada, sin embargo, es tanto el interés que causa que, efectivamente, se puede encontrar a algunos valientes y a veces a muchos, repletando ésta.
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